domingo, 27 de diciembre de 2009


Entonces llegaste vos, con tus aires de señor. Y sin pedirme permiso, me robaste el corazón. Me queda solo un rincón, sin invadir con tu olor, me tocaste y ya sabías que en tus redes yo caía. No te importa que me muerda de dolor, que te mire y sienta que hoy sos, el hombre de mi vida. No te importa y ya no lo niegues más. Vos no me podes cuidar, nadie cura mis heridas nadie más

No hay comentarios:

Publicar un comentario